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Milano. La grande trasformazione urbana - Review

by Juan Luis De las Rivas

Hoy ya estamos convencidos de que el primer monumento de una ciudad como Milán es su "forma urbis", sin embrago este reconocimiento no facilita automatismos para abordar la lectura de la ciudad a través de su planimetría. De hecho la mayor parte de la gente, incluso estudiantes de arquitectura en sus primeros años, encuentran una dificultad objetiva en la lectura del plano urbano. Una dificultad que resuelven los planos turísticos con todo tipo de recursos, como reconocemos en las maravillosas guías del Touring Club Italiano, o como hacen con sus planos esquemáticos los responsables del transporte público. Orientarse en un plano, no perderse, no es en absoluto un ejercicio que nos aproxime a una interpretación coherente del complejo agregado de objetos y de las trazas siempre irregulares en los que hoy la ciudad se manifiesta. La lectura de la ciudad a partir de sus edificios o conjuntos singulares más notables sigue siendo hoy la oferta dominante incluso para especialistas.

Quizás Corinna Morandi aborda por ello la tarea de explicarnos la ciudad de Milán con una extraordinaria sencillez de objetivos, para llegar poco a poco a facilitarnos una visión verdaderamente comprensiva del palimpsesto urbano. Y por eso yo disfruto al comentar este pequeño gran libro, porque comprendo su utilidad al ir comprobando cómo su autora nos va acercando, paso a paso, a la ciudad contemporánea, asumiendo su complejidad progresivamente, sin asustarnos, como un ejercicio selectivo de interpretación de sus momentos urbanísticos más relevantes.
La autora funda su interpretación en un gran esfuerzo de información al lector, con la voluntad, creo, de hacerle consciente de que la ciudad se construye complejamente, con una gran diversidad de esfuerzos e intereses que compiten entre si, que evolucionan, que duran o desaparecen. Y aunque, fiel a su condición de arquitecta, la autora insiste al principio de que no le parece interesante hablar de urbanística sin hablar de arquitectura, orienta su interpretación hacia una lectura integradora del plano urbano: primero porque ofrece una excelente secuencia histórica de planos de Milán -reconocible a pesar de las limitaciones de un libro de bolsillo-, tanto de su realidad como de planes y proyectos, y segundo porque a lo largo del libro aporta una singular selección de arquitecturas que acaba construyendo el último plano. Este último plano trasciende su vocación inicial de darnos la situación de cada edificio y sirve para mostrar cómo la arquitectura, con su presencia simultánea en la ciudad, es la clave física para una interpretación profunda del devenir urbano, son las huellas.

El libro comienza mostrando sintéticamente las "trazas de la historia" en el Milán contemporáneo. Milán, en su acontecer permanente de re-hacerse a si misma, fruto de destrucciones y cambios, es un ciudad que parece haber soñado siempre con la circularidad, ofreciendo al mundo uno de los ejemplos más notables de aglomerado urbano radioconcéntrico. El texto recuerda la analogía que hizo Beruto entre la planta de la ciudad y la sección de un árbol. Los planos del Massajo o de Leonardo en el siglo XV ya daban cuenta de ello, y los bastiones españoles del siglo XVI consolidaron una forma hoy evidente: "Il rapporto tra cinte e radiali è ancora leggibile, sottolineato da 'porte' e dalla presenza delle basiliche extramurarie" (pág. 11). Morandi hace una breve y hermosa descripción de estas trazas, mostrando la interacción entre espacios y edificios históricos, destacando la presencia de elementos previos a las reformas del XIX e introduciendo algunas figuras en referencias precisas: Leonardo, Cattaneo, Boito.

La Milán ambrosiana se va transformando lenta y complejamente, con la influencia de dominadores austriacos y franceses, hasta llegar a ser una ciudad vital para el nuevo reino de Italia. El libro narra este periodo complejo con gran claridad en dos capítulos: Il progetto della città illuminista e I grandi lavori nel centro e le prime operazioni di trasformazione fondaria estensiva. Se destacan los cambios profundos: se despliega el sistema ferroviario, se producen las grandes reformas del centro histórico, como la Galleria Vittorio Emanuelle, etc. Llegamos así a un momento, bien conocido por la autora, que se convierte en una especie de charnela en el libro: los planes de extensión de C. Beruto, a finales del siglo XIX, que en su versión definitivamente aprobada impone una impronta urbanística al Milán contemporáneo. Una urbanística delle reti e disegno urbano, en el que los procesos de construcción edilizia se aceleran, adquiriendo la arquitectura un protagonismo evidente, pero orientada desde el plan, con su precisa definición del viario y del espacio público asociado y permitiendo un proyecto unitario de muchos isolati. La ciudad renueva su patrimonio arquitectónico a la vez que surgen los primeros conjuntos de vivienda social y se fortalece el sistema de servicios públicos, como hospitales, parques, teatros, etc.

Tras ello el libro muestra la consolidación expansiva de Milán como gran ciudad europea. El comune de Milano incorpora, en un periodo de profundo crecimiento económico, el territorio de los comunes de su entorno y se desarrolla complejamnete a partir del soporte estructural que había ofrecido el plan Beruto.
Es éste, lógicamente, un tiempo de grandes obras. Y aquí el libro hace de nuevo gala de quizás su principal valor: informar simultáneamente del cambio urbanístico y de los principales acontecimientos arquitectónicos, ofreciendo al lector un rico material de referencia, que cada uno puede enriquecer allí donde se centre su interés, pero ya orientado. Cumple así el libro plenamente su función de Guía.
El Milán que se reconstruye tras la posguerra se transforma, con el impulso del boom económico, en una metrópolis contemporánea donde las infraestructuras de transporte condicionan con sus ritmos una forma física cada vez más ingobernable, haciendo hoy casi irreconocibles documentos urbanísticos relevantes, como el Piano 1944-45, manifiesto de los arquitectos racionalistas milaneses. Acompañándose de esquemas muy elocuentes, la autora destaca algunos momentos singularmente valiosos de este periodo, como el Piano per l'edilizia economico-popolare de 1963, el Piano intercomunale de 1967 o el complejo Piano Regolatore de 1980. Estamos en un tiempo en el que, como evidencian dos capítulos del libro, la urbanística milanesa se manifiesta como una disciplina consolidada.

El último capítulo se denomina con acierto "La città postindustriale". No es fácil en un libro breve con funciones de guía enfrentarse al presente. Hacerlo siempre conduce a hablar del futuro. Pero este libro consigue de nuevo, y yo felicito por ello a su autora, establecer pequeñas diferencias y mostrar incluso algunos aspectos relevantes de la compleja evolución legislativa. Así se destacan espacios de transformación de áreas industriales dismesse, que son consecuencia de proyectos urbanos complejos como Bicoca, Bovisa, o los parques Norte y Sur, y que hoy son espacios plenamente incorporados a la vida metropolitana. A la vez, Milán se manifiesta creativo con una nueva Fiera vigorosamente propuesta, en nuevos espacios complejos como en el ex Alfa Romeo Portello, o en el siempre en proceso sistema de transporte metropolitano. La complejidad de los nuevos desafíos sociales y las incertidumbres sobre muchos proyectos propuestos, aparentemente innovadores y delicadamente puestas en evidencia en el libro, deben de ser asumidas como algo lógico. Son temas de los que hoy no escapa ninguna metrópolis vigorosa.


 

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